Carta para Tania

¡Hola Tania! 

¡Creo que no escribía una carta en papel desde que supe que los Reyes eran los padres! La ocasión merece la pena...

Te preguntarás quien soy y qué pretendo con esta carta. Solo decirte que soy Quique, un educador social que pretende conocerte y que me eches una mano para ayudar a tus padres. 

Estoy al tanto de la difícil situación que estáis pasando en tu familia y por ello me gustaría que habláramos. Sin presiones y sin prejuicios, ya que se que has tratado con muchos profesionales del sector sin buenos resultados y debes estar "ralladísima" de explicar las mismas cosas una y otra vez. Pero me comprometo a que  no te juzgaré, yo no soy nadie para hacer eso. Hablaremos de lo que quieras, cómo y dónde quieras. 

¿Aún sigues leyendo? Esto promete... :D

Tus padres ya han hablado conmigo, pero no tengo suficiente con solo su opinión. Necesito la tuya, es muy valiosa para mi, sobre todo para poder llevar a cabo mi trabajo de la mejor manera. 

Si quedamos y no te convence puedes irte sin ningún compromiso. Si no te sientes a gusto, te entenderé y no te pondré pegas para marchar.

Espero que me des esa oportunidad, creo que todos nos merecemos una ¿verdad?

Te mando un saludo y espero una llamada o un whatsapp tuyo a mi movil, es el: 600457400.

Hasta pronto (espero) y gracias por tu atención.

Quique
Educador social

Para escribir una carta de estas características, tenemos que tener en cuenta el contexto en el que nos encontramos (edad, problema, disposición, situación del sujeto en si). Tania es una adolescente, como otras muchas con problemas de este tipo. Por ello, he utilizado un lenguaje no tan formal, para que se sintiera cómoda leyendo y no se le hiciera pesada la lectura.
Lo primordial para estos casos, es crear un espacio donde la confianza sea la clave de la intervención educativa. Hace falta recordar que Tania ya había pasado por muchos profesionales que intentaron intervenir sin una solución, por eso si desde un principio creamos un vínculo de seguridad se empezaría con buen pie y así, llevar a cabo nuestra tarea como educadores sociales.